¿Cuántas veces he dicho ya lo mucho que me inspira Madrid? ¡Es imposible resistirse! Día que voy, día que escribo, parada en un banco, de pie junto a un semáforo, en el suelo... Simplemente es una ciudad de la que ando levemente enamorada, y esta vez os abriré las puertas (o las tapas) de mi pequeño cuaderno de viaje, donde están escritas los más profundos pensamientos de esta Nadie que se cree alguien en la multitud.
Me he enamorado, en un instante (o por un instante) de una transeúnte desconocida de mirada atenta y cámara al cuello; de unas piernas blancas y andares aparentemente seguros de si mismos, de cabellos cortos (o no tan cortos) y rubios. Creo que me he enamorado de una chica cualquiera, de orígenes lejanos, que llevaba (¡Oh, qué extraño!) unas Converse moradas.
Siento la imperiosa necesidad de escribir, plena, rodeada de desconocidos que me hacen sentir, de alguna forma extraña, en casa... Y ahora sé lo que es amar una ciudad.
He visto pasar un ángel, y no era ni rubio ni de ojos azules; era un pobre mendigo desdentado de mirada rota que pedía cura para sus destrozadas alas con los ojos, oscuros, como su piel.
Me parece –y no me ha agradado en demasía el darme cuenta– que he perdido una servilleta donde constaba la fecha de ayer, de mi visita, y unos sencillos versos para no olvidar jamás el día. ¿Estará ese trozo de papel mediocre volando por allí, lo habrá encontrado alguien, lo habrán leído, o simplemente habrá acabado pisoteado, en alguna alcantarilla?
Es bonito tener una ciudad que te inspira :) Te imagino por las calles, caminando como todos, pero siempre con una libreta en la mano, esperando anotar una versión de tu Madrid, aquella ciudad que se hace única a tus ojos.
ResponderEliminarMe gustó leer la entrada, e imaginar lo relatado en la ciudad... a pesar de que Madrid no me impresionó tanto. Será que mi corazón pertenece a otra ciudad, siempre lejana, pero siempre mía. Pero los pequeños trozos de tu visión del sitio me han encantado. (: