martes, 13 de agosto de 2013

Amanecer.

Amanezco desnuda, con la piel tatuada por mis palabras, sin saber si tengo calor o frío, si estoy feliz o triste. Lo único que tengo realmente claro es que quedan muchas personas por hacer eternas, y yo estoy estancándome en un solo recuerdo, en un intento de aferrarme a él y hacerlo retornar cuando sé perfectamente que el pasado es pasado.

Comienza todo a suponer un problema cuando vivo triste y no vivo el presente, sino los recuerdos. Nada puede derrotarme del todo excepto yo misma, y estoy permitiendo que gane territorio mi yo triste... ¡Ahora es momento de decir que no!

No quiero más amaneceres tristes, más anocheceres dolorosos, no quiero sonreír sin ganas y tampoco deseo escribirle triste todos los días de mi semana. No, no cuando hay tantas musas, tantas personas buscando quien les haga eternas, tantas flores abriéndose paso entre la maleza, tantas estrellas que brillan a plena luz del día.

Quiero firmar el último capítulo de este libro de tapas negras y dejar un par de hojas al final para mis instantes de melancolía para apartarlo de mi un tiempo; quiero abrir un nuevo libro para escribir otras historias. 

Y que sepan los que leen, que quienes han estado entre mis líneas, han sido más que únicamente musas. Tan vulgar suena decir que les he querido, que prefiero decir que todavía queda Amor en mi corazón para todos ellos, un poco a pesar de todo, del dolor y las lágrimas.

Pero hoy empiezo el día con una sonrisa.

2 comentarios:

  1. Siempre queda algo en el fondo, muy a pesar de todo, siempre queda esperanza. Es una parte inherente a nuestra naturaleza humana.
    Sabes, siempre he pensado que todos tenemos una etapa de artistas, y que es algo necesario para el ser humano, como si fuera una vacuna para sus males.
    Pero que la inmensa mayoría o termina encontrando la paz y la luz, o termina con su vida.
    Kurt Cobain es un buen ejemplo :)

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  2. No te dejes llevar por la melancolía, Mery.

    No fuerces sonrisas; sonríe cuando tu alma también lo haga.

    No dejes que el pasado te retenga, como un ancla, entre sus tristes aguas; sal a la orilla y escribe tu presente, tal como tú lo desees.

    No olvides tus recuerdos; pero recuerda que aún quedan muchas más cosas por vivir.

    Y no te dejes llevar por la melancolía, Mery.

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