martes, 20 de agosto de 2013

Ella está en Madrid.

Ella está allí, musa desconocida o quizá más familiar de lo que pueda pensar. ¡Ay, lo que daría yo por estar a su lado esta noche! Entre sábanas, entre versos, en Madrid. ¿Cómo pueden juntarse dos maravillas tales en una sola? Madrid y ella, ella y Madrid. Parecerá que exagero, pero tantas rimas me vienen a los dedos que empiezo a manchar de tinta el teclado del ordenador de sólo pensarlas.

Pero no quiero escribirlos aquí, en mi ordenador. Son versos que escribirle en su blanca espalda, con tinta azul o negra, entre besos y caricias, entre otras cosas que escribir aquí considero algo prohibidas aunque yo no guste de imponerme tabúes a la hora de relatar.

Quiero escribirle tantas cosas a la vez que soy viajera de su cuerpo y aventurera por su piel; deseo contarle los lunares de la espalda y susurrarle cosas al oído. Abrazarla, después, de forma tierna antes de irme.

Ella está en Madrid, y yo tan lejos y a la vez tan cerca...

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Plantilla hecha por Living a Book.