jueves, 9 de enero de 2014

Nadie, peligro, quizás, tú, te quiero

Nadie me avisó de todo esto. Nadie me avisó cuando me hice mi primer blog, cuando me creé mi primera cuenta en Twitter, cuando hice la primera mención, cuando leí el primer blog ajeno. Nadie me avisó de las consecuencias cuando creé mi primer personaje sobre el papel, lo enamoré y lo suicidé. Nadie me avisó cuando empecé a leer y a leer a gente que, como yo, se escondía tras una pantalla plasmando palabras que a pocos importaban. Nadie me avisó cuando me importó por primera vez. Nadie dijo que era peligroso enamorarse de las palabras y mucho más enamorarse de los rostros que se ocultaban y rara vez se dejaban ver. Nadie me avisó de que imaginar besar unos labios que escribían a otra persona era tan peligroso.

Nadie y peligroso, como tú y yo. O como tú, y yo escribiéndote. Pero quizás sí sea cierto que el peligro sea lo mío y lo tuyo sea ser escrito, aunque ahora le escribas a otra y yo le escriba a otros labios, a otras sonrisas, a otros mundos.
Pero el mundo se callaba cuando yo escribía sobre ti. Y eso no ocurre con don nadies, eso es cosa de haber sido alguien. 

Pero nadie me avisó del peligro, yo sólo lo vi venir y acepté que debía dejarlo golpearme. Como la realidad pero con un sentido más poético. Quizás esta solo sea una forma de dar las gracias.

Nadie, peligro, quizás, tú.
Te quiero.

¿Cuántas palabras te hablan de mi? 
¿Cuántas palabras mías hablan de ti?

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Plantilla hecha por Living a Book.