miércoles, 15 de enero de 2014

A mi me hieren palabras humanas

Cuando dibujé por primera vez no pude sino reírme de lo que había hecho. Nunca le he puesto realmente empeño a aprender, a parte de un par de tutoriales a la semana durante un tiempo, algún libro de dibujo prestado de la biblioteca y los típicos dibujos en las horas aburridas de clase. Sin darme cuenta, he llenado los márgenes del cuaderno de matemáticas, las últimas páginas de este, folios y folios que están escondidos en mi carpeta, junto a mis apuntes, de dibujos. Sin valor artístico, cabe destacar, pero con un valor sentimental que no me atrevería a menospreciar. 

Mi primer temor se ha iniciado hoy, cuando en la última media hora de la última clase del día he dibujado parte de mi historia, escondida tras un personaje ficticio, en un folio. Un monigote gracioso como el que tengo de icon en Twitter, nada más. Pero me he dado cuenta de cómo me hiere la realidad. De cómo la intento evadir con cada palabra, como si las sábanas fuesen un refugio válido. Las pesadillas vuelven, camufladas de sueños. Y yo vuelvo a escribir con el nudo en la garganta. Todo vuelve a ser como antes.

Y lo que yo quería decir era que a mi me hieren palabras humanas, como a todos, a pesar de que las coleccione y juegue con ellas a un juego donde acabo con el corazón hecho jirones y un par de líneas semi-decentes sobre el papel. Pero no hay de qué preocuparse, no me gusta contar mis heridas, como a muchos otros. 

Pero no estar bien no es nada malo.
Aunque, de cara al público, en este cristal siga poniendo 'I'm fine'.

1 comentario:

  1. La realidad nos hiere de mil maneras, la cosa es cuando no sabemos cómo canalizarlas. Por suerte existen las palabras, los dibujos, las mil maneras de exteriorizar eso que nos tiene mal. No sé si nos sirve para salir de ahí, pero al menos sí nos permite palparlo, y a partir de entonces encontrar el modo de conocernos un poco más. Cosa esencial para dar el paso necesario que necesitemos.

    Dibujar lo hacemos desde chicos todos, pero con el tiempo perdemos esa capacidad porque no la cultivamos. Pero siempre vamos a tener en ese trazo una manera de expresarnos, porque lo que nos pasa por dentro quiere salir. Siempre. Y este blog da fe de eso.

    Besos desde la calurosa Buenos Aires

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