martes, 1 de octubre de 2013

Invierno y Otoño

Una taza humea sobre una mesa, austera y pequeña, junto a una gran ventana. Tras ella se dibuja el paisaje frío de un bosque de hoja perenne. Ha llegado el Invierno, aclamado por los jerseys de lana y las botas de cuero con forro de borrego. Han vuelto las bufandas y el vaho exhalado con cada suspiro. Vaho frío, blanquecino; los niños se divierten jugando con él, y más jugarán cuando nieve el cielo.

Se van cubriendo los pelajes animales de blanco y sus derivados para contrastar con la amplia gama de colores de los ropajes de invierno de las personas.

Ha llegado el invierno y humea esa taza de café. Tú todavía no has vuelto, y no sé si esperarte he de...

Hablo de llegada del Invierno habiendo apenas comenzado el Otoño. Cayendo las hojas. El Invierno representa lo inerte pero la agonía puede verse en Otoño; y me da miedo, porque, ¿Y si muero yo también un poquito con cada hoja caída?

Por mucho que escriba versos en ellas, y me crea eterna.
¿Quién soy yo, sino una niña que suena con escribir Poesía?

2 comentarios:

  1. Con cada hoja caída, recuerda que tras todo invierno llega una Primavera, capaz de revivir el alma con cada brote. No lo olvides, y sigue escribiendo.
    Porque tú eres Alguien (sí, con mayúscula, como a ti te gusta destacar) que crea Poesía.

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    Respuestas
    1. Tras todo Invierno llegará una Primavera. Lo recordaré, y lo sabes.
      (Me has enamorado con esa última frase)

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