Hoy siento que me estoy perdiendo, y ni siquiera queda sitio para la tristeza en mi pecho cuando me miro al espejo e intento sonreír. ¿Quién soy ahora? Ni siquiera yo lo sé. Sin embargo, creo estar bien. Para luego, cada vez que algo se tuerce, note el vacío en la garganta y esa sensación, apatía, de repente, llegando. Para ver a la gente feliz pasar...
Cuando ni siquiera quedan ganas de escribir y sientes que estás más cerca de la Muerte que de la vida. Cuando quieres a la Oscuridad tan cerca que puedas acariciarla. Pero cuando realmente, estás sola rodeada de la Nada. De una Nada que no te deja ver la Luna...
Y estos ojos oscuros miran a su alrededor preguntando ¿quién soy yo?, pero nadie les responde. Nadie me responde. Tal vez no soy nadie. O, tal vez, soy Nadie.
Escribes tal y como quisiera escribir yo algún día. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarMe halagas con tus palabras, y mil gracias, por leerme.
EliminarLa práctica, la práctica... Supongo que eso, y la magia, hacen al escritor. Lo es quien escribe, por tanto, escribe, simplemente; la mejoría vendrá con las letras.