lunes, 29 de julio de 2013

Desconocidas estrellas.

Todo empieza por algo, y este algo empezó por una noche llena de versos, entre sábanas blancas y una luna brillante que eliminaba el miedo a la oscuridad de dos desconocidas estrellas – porque es bien sabido que quienes brillan con fuerza son las verdaderas estrellas – que buscaban hueco en sus pieles para relatar poesía de la forma más cuidadosa que la tinta de un bolígrafo barato les permitía.

¿Cómo, cómo dices, querido viento? Sí, hace dos noches me habría asustado de tus aullidos, pero hoy, juventud esporádicamente envalentonada, te desafío. Hoy siento – siendo verano – que ha llegado la primavera y las ganas de sonreír.

La tristeza no se borra de un plumazo, claro que no,  ¿En eso estabas pensando? 
Sin embargo, nada ocurre porque sí (o tal vez sí) y me gusta pensar que si alguien se cruza en tu camino tiene un por qué y... 

Dejar de meditar, eso.

Fluían, entre sábanas, los versos,
confundíanse con los besos;
los miedos,
encerrados, tras las puertas de un armario,
y sus ojos, ahí mirando
en susurros,
(rozándose los cuerpos 
en murmuros...)

Quedóse olvidado el pudor,
en perlas brillantes en la piel se transformó,
e hicieron de la guerra de versos,
el amor.



2 comentarios:

  1. ¿Te has planteado el transformar todo lo que haces en algún libro de poemas? Porque en fin, no creo que nadie los cree mejor que tú.

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    1. Sí, me lo he planteado, de hecho, estoy en proceso de maquetar un pequeño libro para Kindle, una mezcla de las entradas que más me gustan de mi blog, pequeños relatos cortos y escenas sueltas escritas... No sé si gustará, pero por algo se empieza.

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