jueves, 11 de julio de 2013

Vacío.

Vacío, rondándome la cabeza, carcomiéndome por dentro, mordiendo mis entrañas, nada nuevo, sólo versos que me susurran que qué estoy haciendo. Tengo ganas de gritar y que me oigan, que él sepa que el vacío que dejó aquí dentro a veces no se llena. Que él no sepa si es él o es otro, da igual, el mundo sigue girando sin parar.

Y le digo a la gente que escribo para respirar y no miento, si no escribiese estaría en la cama, mirando al techo (que no comiendo techo) con el vacío en el pecho y sin letras en los labios, sabiendo que el teléfono, por mucho que lo tenga al lado, no va a sonar, y que por mucho que lloren en silencio mis ojos, nadie va a venir a calmar mis lágrimas.

¿Cómo le explico a alguien cómo funciono, si ni yo misma lo sé? Si pudiese escribirlo, describirlo. Me pregunto si alguien se acordará de mi por las noches, cuando no pueda dormir. Si pasaré por la mente de alguien en algún momento, si seguiré siendo bonita a los ojos de aquellos que algún día fueron algo dentro de mi... 

Ojos marrones, chica, ojos marrones. Era la clave.

1 comentario:

  1. No sé quién será esa persona que no te atiende, pero, ¿sabes? Si hay algo que he aprendido, es que es mejor corresponder a quién te ama que amar a quién sólo te puede desear o curiosear.
    No te esfuerces demasiado por esas personas o no te provocarán sólo un vacío; sino muchos pozos. Conozco esa tortura demasiado bien como para que tú la vivas. Siempre que quieras y necesites estaré ahí, para hablar contigo, para que me cuentes aquello que sientes como tú misma te ofreciste por mí.

    ResponderEliminar

 

Plantilla hecha por Living a Book.