martes, 30 de abril de 2013

Desorden.

Otra mañana más despertándome pronto para estudiar, sin embargo, acabando aquí, escribiendo, como terapia. Conmigo no funcionan las cosas como las del resto de la gente - o quién sabe, quizás sí - así que me refugio en la escritura, en mis poemas y mis relatos, para no dejar de sentir, no dejar de.

Hoy he despertado, y aferrándome a mi manta he conseguido rescatar los resquicios del sueño que había soñado, pero no ha sido precisamente... No. Ojalá, ¿sabes? Ojalá. Sin embargo, aquí estoy, rodeada de mi desorden, dentro y fuera. Me gritan, me regañan por el desorden de fuera, y tengo ganas de responder que si no se ve el desorden que tengo dentro.

Emociones, miedos, lágrimas y risas, bajo esta piel, bajo esos huesos, bajo esos ojos que se apagan de vez en cuando, cuando antes siempre eran luz, porque faltas. Faltas, y faltan muchas personas, pero hay pocas que realmente me importen. Echo de menos tus abrazos...

Escribo por escribir, si tuviese algún valor hoy ya se habría notado, pero los escritores no escriben bien siempre, ¿cierto? "Escritor es el que escribe", entonces, soy escritora. Y poetisa, pero eso es más delicado, porque.

Frases a terminar porque en mi mente no terminan. Igual que mis dedos fríos tecleando tonterías. Antes era música de piano, ahora...Ahora ya no es nada, porque me siento solitaria.

Una niña abandonada en un desorden lejos de ser una ruina.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Plantilla hecha por Living a Book.