Todas las cosas rotas de esta ciudad.
Todos los corazones rotos
–si podemos considerarlos cosas–
que caminan sin rumbo fijo
con sus cortes a cuestas.
Con las miradas rotas
en los labios que no saben
del Dolor.
Con la agonía interminable
de las manos que sueñan
con las agujas del reloj
más alto de la ciudad.
Con los cuerpos que piensan
en séptimos pisos...
Todos esos humanos rotos,
con su Amor hecho pedazos,
y la Melancolía rozándoles el alma...
Todos esos rotos.
Y el Miedo en sus ojos.
Séptimos pisos y octavas maravillas.
ResponderEliminar