miércoles, 6 de noviembre de 2013

Un precipicio y unos aullidos errantes

Las letras más sinceras se escriben en estado de frustración, 
con intenciones de sacar de tu interior todo lo que no puedes permitirte decir frente a los demás. Quizás te ayude a entender este Caos de pensamientos 
el saber que lo escribí en un momento de frustración durante una clase, 
donde no podía levantarme ni llover...

La peor Angustia es la que no se puede liberar. La que te apresa la garganta como un lobo rival. Aprietas los labios con clara intención de contener lágrimas, furia y palabras.
El borde del precipicio se ve sin duda más hermoso a punto de romper a llover, con nubes oscuras que tiñen las gamas de la desesperanza de un piano triste.

Saboreo la lúgubre música que se filtra entre mis costillas. La desolación que asoma por mis ojos es perfecta para ser capturada o retratada por un poeta. Los colores me susurran "salta" y suenan extrañamente a su voz. Puedo oler su presencia y noto unas manos en mi cintura: Las del viento.

Conozco a tantas almas errantes que me he vuelto peregrina del propio río de la tinta que sangro. Mis pupilas no ven: Observan, en silencio, algo que está profundamente hundida ciudad asentada en mi interior.

Mis cuerdas vocales aúllan a un mundo para el cual nunca estuve hecha. "Quién soy" me repito. "Nadie" responde esa voz en mi cabeza, arañándome los labios al salir.
Hablan de escritores sin haber sentido jamás el Nirvana mientras la tinta fluye sobre el papel. De Inspiración sin que les haya visitado de madrugada. Del Dolor cuando no brotan las palabras...

¡Qué bien se les da hablar por hablar! Y que todavía sea patente mi filantropía, yo, rodeada de misántropos que se lamen las heridas de sus antiguas y humanas guerras.

He rozado mis venas con los dientes de un lobo, con el filo del folio, con las lágrimas de un fénix. He vivido a base de magia inyectada directamente a la arteria aorta y me han asesinado unos crueles chutes de realidad –dicho de forma vulgar–.

Discuto con el planeta en susurros que no se oyen entre sus gritos. La frustración no cabe entre mis labios y mis párpados cuando salgo a respirar su fría normalidad. Sólo quiero refugiarme en los brazos de mis letras, que me aman cuando nadie más se atreve, cuando me tiemblan las manos, la voz y todo mi ser. Cuando no soy yo, cuando muero  unos segundos de Tristeza.

Aquel día (hará ya varios ciclos lunares) le dije "rómpeme" lo más sincera que pude ser. Me rompió, y no he dejado de escribir desde entonces, amando y sangrando a golpes iguales.

¿Una de cal, otra de arena? Yo lo llamaría "una de Dolor, ni media de Paz".


2 comentarios:

  1. Romantica hasta las trancas.
    Mejoras a saltos vista chica, me gusta :)
    Creo que el romanticismo va intrínseco con ser joven, con tener ganas y verse frustrado.
    Quiero ver cómo terminas y evolucionas
    Y no, no le pasa nada a tus escritos. Lo único malo es que se estarán volviendo muy maduros y sofisticados para muchos.
    Habrá que buscar otro público o no... quién sabe

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es todo un piropo que me llames Romántica, eh.
      Muchísimas gracias, te vas a cansar de oírlo pero muchísimas gracias. También le debo mucho a tu crítica. Ya veremos, a ver cómo sigo hacia delante en este mundo.
      Quizá el público crezca conmigo, todo es posible. ¡Tiempo al tiempo!

      Eliminar

 

Plantilla hecha por Living a Book.