sábado, 9 de noviembre de 2013

Autodestructiva

Aclaración:
Aquí no busques rima,
sólo es un poco de
autodestrucción.


Autodestructiva, 
me acurruco entre las sábanas corazón en mano,
manchando de la cama la blanca cobertura.
Está manchado de barro y despecho, 
de historias viejas que al parecer divertido han encontrado
saltar de su escondite en el momento más doloroso del día.


Me quedo completamente quieta, y sin embargo, 
por dentro no hay nada inmóvil; 
no brotan las lágrimas, no llega el llanto,
todo se derrumba nuevamente.

Yo, espectadora habitual de esta escena de teatro 
casi clásico, 
me mantengo impasible.

Todo lo impasible que puede mantenerse alguien
 que se desangra por momentos, 
cuyos muros caen y sonrisas mueren.
Todo lo impasible que puede mantenerse alguien.

(Y el telón se niega a caer)

Me muevo, 
tratando de cobijarme bajo la manta, 
esconderme de los ojos de este mundo 
que parece querer atarme, 
asfixiarme y torturarme al mismo tiempo. 

El lienzo de la cama comienza a estar teñido de tinta. 
El exterior grita algo incomprensible para mi. 
(A veces creo que los habitantes de la Tierra y yo
 hablamos un idioma diferente, pensamos un Dolor distinto)

{En esos momentos me escondo}

Y aparezco en un andén,
veo los trenes pasar.
Vivo (muero) con el miedo
de que mi billete no me permita
a ninguno subir,
en ninguno 
unos desconocidos labios besar.


(Idea de un autorretrato)

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