lunes, 16 de septiembre de 2013

Escribir, escribir

Escribir. Me he acostumbrado, estos últimos tres meses, a pasarme el día entre letras. Raro era el día en que no escribía aunque fuesen unas tristes líneas, y ahora, de vuelta a la Rutina, me da la impresión de que apenas tendré tiempo para hacerlo. Me entristece profundamente, es más, no sé cómo podré sobrellevarlo. Si podré hacerlo. ¿Qué es una escritora sin sus letras?

Las horas van a llenarse de clases y estudio, y no de poesía e Inspiración. Me entran ganas de romper a llorar (y romperme, ya de paso) con sólo pensarlo. Tengo miedo a mis recaídas, a estar triste, o a ser triste más horas al día de las que me permito normalmente.

¿O tengo, quizá, miedo a no ser triste?

Porque al escribir soy una chica triste. Y me gusta... No sé si es peor serlo o que te resulte bonito. Estoy saltando de un tema a otro como alma que lleva el Diablo, porque parece ser que los horarios y los esquemas organizados me provocan esa sensación.

Dejadme libre, por favor.
Dejadme escribir.

Vivo mi propio Drama movida por un miedo que no sé si alguien más comprenderá. Porque ya no me faltan las ganas y las letras. Ahora me va a faltar el tiempo, y siento como si se hiciese real el libro de 'Momo' de Michael Ende, y los Hombres Grises hubiesen pasado por mi casa para comprar mi Tiempo.

Y yo, ilusa, se lo vendí.

¿A dónde quiero llegar? Si estás leyendo esto, significa (obviamente) que no lo he borrado y me he ido a llorar. Significa (supongo) que no me he echado a llorar y...
Supongo que el resto no importa.

Pero, por favor, no me quitéis el escribir. Dejadme eso. Sólo pido eso.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Plantilla hecha por Living a Book.